La mantícora

La mantícora es una bestia monstruosa. Su nombre significa “devorador de hombres” y para hallar sus orígenes debemos remontarnos a la antigua Persia, donde sus relatos mitológicos hablaban de la existencia de un monstruo cuya predilección era alimentarse de carne humana. Desde la corte del rey Artajerjes II, cuyo reinado se ubica en el siglo IV a.C., el conocimiento de la leyenda de la mantícora se trasladó hasta la Grecia Antigua por medio de un médico griego que prestaba servicios al rey. Estamos hablando de Ctesias.

¿Cómo era la mantícora?

Según las descripciones de Ctesias, en su obra Historia de Indias, la mantícora era un monstruo de grandes proporciones, medía 5 metros de largo y podía llegar a tener una altura cercana a los 3 metros. Poseía el cuerpo y la cabeza de un león, aunque con rostro humano y la cola de un escorpión, alas gigantescas similares a las de un murciélago y su principal característica era que podía disparar unos enormes aguijones venenosos con los que mataba a su presa, a la que luego comía con furia. Las mantícoras poseían territorios muy delimitados entre ellas, cada una ocupaba un radio de 50 kilómetros de zonas boscosas.

Algunos pensadores griegos llegaron a cuestionar la descripción que Ctesias relataba sobre las mantícoras, señalando que el médico griego había exagerado la descripción de los que serían tigres indios. Pero otros, como Claudio Eliano tomó las descripciones provenientes de Persia para incluir a este monstruo en su obra “Animales de la Naturaleza”, de esta forma la mantícora llegó a los mitos de la Europa Medieval.

Durante la Edad Media, los alquimistas de la época se afanaron por encontrar rastros de la mantícora, ya que consideraban que el veneno de los aguijones que lanzaban, eran necesarios para muchas de sus pócimas.

Según la leyenda, el monstruo, mientras engullía a sus víctimas emitía un suave canto que advertía a los merodeadores del bosque sobre la presencia de la mantícora.

El simbolismo de la mantícora

En la antigüedad, la presencia de animales monstruosos y de gran peligro eran el anclaje con el que los sabios de la época se la ingeniaban para, por medio de simbologías, resaltar hechos y valores.

Se dice que la mantícora merodeaba por bosques muy oscuros y cuando detectaba la presencia de algún hombre comenzaba a revelarle secretos y conocimientos muy profundos, los hombres sedientos de conocimientos se acercaban cada vez más a esta bestia, seducidos por todos los conocimientos que estaba recibiendo, y cuando ya estaban a una distancia cercana, las mantícoras disparaban con su cola sus aguijones venenosos provocando la parálisis y posterior muerte de su presa, a la que devoraban sin dejar ningún rastro.

Con estos relatos podemos observar como en la antigüedad se pretendía poner en evidencia que el excesivo conocimiento era peligroso para aquellos que no tuvieran las condiciones sociales y humanas necesarias para poseerlo.

La simbología se completaba con la aseveración que la mantícora era un monstruo que reunían en su ser a tres animales peligrosos: el león, el escorpión y el humano.

La influencia de la mantícora en las artes

Más allá de todas las influencias legendarias que han tenido muchos personajes fantásticos, algunos de ellos han trascendido las tradicionales leyendas para pasar a ocupar paginas importantes de la literatura u obras destacadas de las artes plásticas.

El célebre escritor argentino Jorge Luis Borges incluyó a la mantícora en una de sus obras literarias: “Libro de los Seres Imaginarios”. Esta obra, que Borges escribió en forma compartida con Margarita Guerrero, señala que la Mantícora era una bestia oriunda de Etiopía y la describe de la siguiente manera: “tiene tres filas de dientes que calzan entre sí como los de un peine, cara y orejas de hombre, ojos azules, cuerpo carmesí de león y cola que termina en un aguijón, como los alacranes. Corre con suma rapidez y es muy aficionado a la carne humana; su voz es parecida a la consonancia de la flauta y de la trompeta”.

Así también, este mito ha inspirado numerosos íconos que se presentan en distintas expresiones. La mantícora aparece retratada en la famosa serie televisiva Games of Thrones. Con el nombre de Manticore, el grupo de rock que ocupó un lugar destacado en la década del 70, Emerson, Lake & Palmer denominó a su sello discográfico.

La mantícora, así como otros mitos y leyendas, se convierte en una máscara, como una especie de ventana hacia lo simbólico. Un puente entre lo racional y lo fantástico, donde lo profano se fusiona con lo sagrado. Es de esta manera que una leyenda de más de 3 mil años logra trascender, sorteando de manera exitosa los límites que la ciencia va imponiendo. Después de todo, la imaginación humana requiere del alimento de lo fantasioso para estimular sus costados más creativos.

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