Titanes y titánides

Según la mitología griega, Uranus, dios de los cielos y Gea, diosa de la tierra engendraron 12 poderosos dioses que conformaron la primera generación de Titanes y Titánides. Los titanes eran 6 dioses masculinos y las 6 restantes, eran diosas. Estos poderosos dioses, representaban conceptos esenciales en la vida del universo y varios de ellos podemos inferirlos a partir del nombre. Uranus siempre desconfió que alguno de sus poderosos hijos fuera a destronarlo y por eso mantuvo a titanes y titánides confinados en el Tártaro, el lugar más profundo de inframundo. Pero Gea, viendo el destino que seguían sus hijos, los impulsó a derrocar a su padre.

Titanes y titánides
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Los 12 titanes y titánides

La primera generación de titanes, engendrados por Uranus y Gea, se caracterizaron por representar cada uno de los conceptos de la vida y el universo.

Los titanes estaban encabezados por el mayor de ellos, Océano que representaba todo aquellos que los griegos imaginaban más allá del mar, los torbellinos profundos.

Jápeto, conocido por ser padre de Prometeo, quien dio origen a la raza humana. Según Homero, Jápeto fue precipitado al Tártaro luego de la guerra que destronó a los titanes.

Ceo era considerado el titán de la inteligencia, mientras que Crio era el dios de los rebaños, de las manadas y del cuidado de los animales de cría.

Hiperión era el guardián del fuego astral y, por último, el hijo menor de Uranus y Gea: Crono quien fue el responsable de destronar a su padre.

Las titánides eran Febe, portadora de la Corona de Oro y esposa de Ceo. Mnemósine, quien junto a Zeus engendró a las musas.

Rea, quien se convirtió en la esposa de Crono y con ello en la reina de los titanes. Temis, encargada de las costumbres, leyes y el mantenimiento del orden divino.

Tetis era la titánide del mar y Tea la de la vista.

Crono derroca a Uranus

Pese a todas las previsiones que había tomado Uranus para evitar ser derrocado por alguno de los titanes, la conspiración contra el dios del cielo partió de su propia esposa, Gea, quien convocó a sus hijos para que se revelaran contra su padre. Sin embargo, el único que respondió al pedido de Gea fue el menor de ellos, Crono.

Con una hoz adamantina, Crono derrocó y castró a Uranus. Luego de ello liberó a sus hermanos y hermanas, confinados en el Tártaro y se proclamó rey de los titanes, junto a su esposa Rea que fue nombrada reina.

La segunda generación de titanes y titánides

Luego de liberados, los titanes dieron origen a una segunda generación de titanes, hijos e hijas de la primera generación. Entre los más destacados de esta generación, encontramos a Atlas quien tenía la misión de sostener sobre sus hombros los pilares de la tierra.

Prometeo, a quien se considera el padre de la raza humana y el mejor amigo de ellos, dentro del universo de los dioses. Selene, diosa de la luna y Helios, dios del sol.

También pertenecen a esta segunda generación, aunque no se los conoce con el nombre de titanes, el centauro Quirón quien tuvo a su cargo la educación de dioses y semidioses. Las Oceánides, ninfas marinas y los Oceánidas, quienes gobernaban los ríos.

Titanomaquia: la caída de los titanes y titánides

Al igual que su padre, Crono también vivía obsesionado por la posibilidad de ser derrocado por alguno de sus hijos, por eso cada uno de los que su esposa Rea engendraba el rey de los titanes se lo devoraba inmediatamente después del nacimiento.

Rea logró salvar a su quinto y a su sexto hijo, Zeus y Poseidón, engañando a Crono. La reina de los titanes ocultó a sus hijos del conocimiento de su padre. Zeus fue criado en una cueva de la isla de Creta hasta adulto.

Metis, diosa de la sabiduría dio a Crono una poción que le hizo vomitar a los hijos que se había comido y partir de allí, Zeus los convenció de formar una alianza para derrocar a Crono.

Así comenzó una década de batallas entre los titanes, liderados por Crono y los dioses que se ocultaban en el Monte Olimpo, encabezados por Zeus. Los dioses olímpicos lograron derrotar a la alianza de titanes y titánides y se repartieron el universo. Zeus tomó para sí el dominio del cielo, Poseidón el del mar y Hades, el inframundo.

Algunos titanes y titánides que se mantuvieron neutrales durante el conflicto, fueron perdonados por Zeus y pudieron mantener sus cualidades de dioses. Los otros, fueron desterrados al Tártaro, o confinados a duras tareas.

Es a partir de aquí que comienza a escribirse una nueva historia de la mitología griega.

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