La Leyenda del Sol y la Luna

Desde la conformación de las primeras civilizaciones, la adoración de los astros fue el motor del nacimiento de hermosas leyendas sobre ellos. La luna y el sol, como fenómenos inexplicables dieron lugar a que la imaginación los dotara de poderes extraordinarios, así fue que cada civilización naciente, atraídos por los diversos fenómenos de la naturaleza, forjaran, cada una, su leyenda del sol y la luna.

Leyenda del Soy y la Luna

El eterno amor del sol y la luna

Cuenta la leyenda que antes que la tierra fuera creada por dios, el sol y la luna se habían enamorado perdidamente uno del otro, pero dios al crear la tierra le dijo al sol que él brillaría durante el día y les proporcionaría a los habitantes de la tierra calor y felicidad.

  • Serás el más importante de los astros y todos te conocerán como el Astro Rey. Le dijo dios al sol.

Mientras que a la luna le encomendó la tarea de iluminar las noches.

  • Serás el refugio de los enamorados y de las más hermosas poesías. Fue el mandato de dios.

Con esta decisión, nos cuenta la leyenda del sol y la luna, dios condenó a ambos enamorados a vivir separados para siempre. La luna quedó así, sumida en una profunda tristeza y a pesar que las estrellas decidieron acompañarla cada noche – por pedido de dios – para mitigar el dolor, la luna llora cada noche por la ausencia de su amado sol. Dios pretendía que la luna estuviera, cada noche, llena, pero esto sólo ocurría cuando ella estaba feliz, cuando la tristeza la invadía se volvía menguante. Es por esto, que todos, percibiendo la tristeza de la luna han tratado de llegar hasta ella, de conquistarla y hasta de bajarla a la tierra para cada enamorado.

Pero ocurrió una vez que el sol y la luna se encontraron por unos instantes y pudieron disfrutarse el uno al otro en su amor y así con cada eclipse, la leyenda del sol y la luna muestra el amor que se tienen eternamente estos dos astros.

La leyenda del sol y la luna en los esquimales

Leyenda del Soy y la Luna, esquimales

La mitología inuit o mitología de los esquimales cuenta que en el pasado existía una familia que tenía dos hijos, una hija y un hijo. Ella era poseedora de una enorme belleza, a tal punto que su hermano se enamoró de ella, hasta que un día él decidió confesarle su amor. Ella consideró la declaración de su hermano como algo impuro y rechazó la declaración de amor de su hermano. Éste, contrariado por el desaire por parte de su hermana, comenzó a perseguirla y acosarla, hasta que ella decidió huir y se transformó en la luna. El hermano fue tras ella, transformándose en el sol y desde allí comenzó una interminable persecución. La leyenda del sol y la luna de la cultura inuit dice que cada eclipse es el momento en que el hermano logra atrapar a su hermana, pero sólo por unos instantes y nuevamente la persecución empieza.

Los Aztecas y su leyenda del sol y la luna

Las civilizaciones de América, anteriores a la llegada de los conquistadores, veneraban también al sol y la luna. La leyenda del sol y la luna entre los Aztecas está relacionada con la creación de toda la vida sobre la tierra. Esta leyenda nos relata que, habiéndose reunido todos los dioses en Teotihuacán, se preguntaron quién iluminaría la tierra. Fue en ese momento que el Señor de los Caracoles, que se destacaba por su fuerza y su belleza, se ofreció para esta tarea.

Pero los dioses querían a alguien más y nadie se ofrecía para llevarla a cabo, por eso decidieron encomendarle la misión, también, al Pequeño Dios Sifilítico que se caracterizaba por ser el más feo y desafortunado de los dioses.

El Señor de los Caracoles y el Pequeño Dios Sifilítico se retiraron a meditar a las montañas, así nacieron las pirámides del Sol y de la Luna.

Vueltos a reunirse los dioses, esta vez ante una gran hoguera, les pidieron a los dos elegidos que se arrojaran al fuego. Sin dudarlo, el Pequeño Dios Sifilítico se arrojó al fuego y renació de este transformado en un hermoso astro que se ubicó en el cielo, lleno de brillo y esplendor y así se transformó en el sol.

Cuando le tocó el turno al bello Señor de los Caracoles, éste dudo y no se animó a arrojarse al fuego, por lo que los dioses lo castigaron y lo empujaron a la hoguera. Así fue que este dios se volvió luna, pero sin ningún brillo. La leyenda del sol y la luna cuenta que las manchas que vemos en la luna provienen del castigo que le propinaron los dioses al Señor de los Caracoles antes de arrojarlo al fuego.

La leyenda del sol y la luna, en todas las civilizaciones, nos habla del amor, de encuentros y desencuentros. En todas ellas aparecen la pasión y la búsqueda incesante.

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