Sílfide

La sílfide – o sílfides para hacer referencia su plural – es uno de los personajes fantásticos más conmovedores que los mitos y las leyendas han concebido. Su origen está fuertemente vinculado a las tradiciones místicas y filosóficas herméticas del Renacimiento.

Sílfide

El célebre alquimista Paracelso definió, en su Tratado II, a la sílfide como un espíritu ligado al aire, teniendo en cuenta que éste era considerado uno de los cuatro elementos junto a la tierra, el agua y el fuego. Las sílfides eran entidades femeninas, dotadas de una gran belleza, de siluetas esbeltas y bellos rizos dorados. Poseían alas de libélula, con una hermosa gama cromática. Por ser entidades relacionadas con el aire se las consideraba etéreas.

Una sílfide, además de su belleza, era propietaria de un carácter amistoso. Se le ha asignado propiedades mágicas como la capacidad de levitar que era totalmente independiente de las alas que poseía. Las sílfides disfrutaban de una vida solitaria en las copas de los árboles o en las cimas de las montañas y era muy raro poder verlas cerca de la tierra.

El origen de la sílfide en la hermética

El hermetismo es una corriente que intenta fundir conceptos religiosos y filosóficos a través de los tratados de Hermes Trismegisto. Estos conceptos se vieron enriquecidos con el aporte de teorías ocultistas y de magia.

El pensamiento hermético considera la existencia de una sola presencia teológica en todas las religiones conocidas hasta ese momento, pre y post cristianismo. A estas concepciones religiosas se sumaron pensamientos platónicos. Es así que se considera que el pensamiento hermético, retoma tradiciones helénicas.

Sílfide, mitología

Que la sílfide, así como los elfos, gnomos y otros personajes fantásticos hayan sido mencionados por el máximo representante de la alquimia, Paracelso, da cuenta que el esoterismo, la magia y el ocultismo, tomaron de Hermes sus teorías para asentar sus propias consideraciones “científicas” sobre el mundo. Recordemos que en la alquimia está la base no científica del nacimiento de muchas ciencias como la química.

Es interesante ver como en tiempos de Paracelso, la visión esotérica del mundo cobraba una importante dimensión. Es por eso que, en la famosa obra de la escritora inglesa, Mary Shelley, Frankenstein o El Moderno Prometeo, el joven investigador Víctor Frankenstein se convierte en un discípulo de Paracelso, quien había sido expulsado de la Escuela de Medicina de Ingolstadt. Aquí podemos ver con toda claridad como dos personajes fantásticos como la sílfide o el de la obra de Shelley aparecen vinculados con un cultor de la filosofía hermética.

La sílfide después de Paracelso

Si bien el alquimista hermético Paracelso nunca describió a la sílfide, en ninguno de sus tratados – es decir sólo se limitó a nombrarlas – muchos cultores del esoterismo y el ocultismo se tomaron la licencia de dotarle de un cuerpo, una personalidad y rasgos prototípicos que perduran hasta nuestros días.

Otro dato interesante que surge del abordaje de las sílfides, es que no se conoce cuáles eran las implicancias de su accionar. Es posible que allí resida el hecho que la mayoría de los cultores del esoterismo definían a las sílfides como entes neutrales. No se posicionaban ante el bien y el mal. Aquí también podemos encontrar una profunda similitud con los cultores de la hermética. Una delgada línea separaba lo correcto de lo que no lo era.

Sílfide, qué es, historia y origen

La magia de la sílfide estaba en su sola presencia. La literatura esotérica de la época renacentista realizó un esfuerzo casi, diríamos, artístico en la descripción de estos personajes. Su voz musical era única, su capacidad de reproducirse era el resultado de la unión con un humano o con un elfo. La gestación era un huevo perlino que era incubado por elementos del aire invocados por la propia sílfide, para que le aporte, al huevo, el calor necesario.

La sílfide en nuestros días

La sílfide se ha proyectado hasta nuestros días como un personaje fantástico y ha poblado las páginas de la literatura universal y de otras artes. Pero, tal vez, quien ha logrado trascender es la célebre obra de ballet La Sílfide, inspirado en un cuento de Charles Nodier. La obra cuenta la historia de un campesino escoses, que era profundamente amado por una sílfide, a la que sólo él podía ver. Cuando el campesino estaba a punto de contraer matrimonio, la sílfide roba la alianza y huye al bosque perseguida por el personaje central de la obra. El campesino recurre a la ayuda de una vieja hechicera, a la que años antes había perjudicado, pero él no lo recordaba. La hechicera, deseosa de venganza engaña al personaje y le da un velo mágico con el que podrá capturar a la sílfide, pero en realidad el velo estaba destinado a que la sílfide perdiera las alas y la vida.

Es posible apreciar, en toda la obra de Nodier, cada elemento que compone la literatura fantástica que tiene origen en la hermética.

Los pensamientos surgidos de las ideas de la hermética, ha provisto a la literatura de una multiplicidad de entes y personajes de leyenda, como la sílfide, que perduran hasta hoy en muchas ramas del arte.

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