La Patasola

Si nos adentramos en la espesura de las selvas vírgenes de Colombia, es muy probable que escuchemos los quejidos lastimosos de una mujer. Dicen los pobladores de esas regiones que es la Patasola, una leyenda que nos habla de una mujer que atrae con sus gritos de dolor a los hombres, para luego transformarse en una bestia aterradora y asesina. Diversas historias tienen como protagonista a este personaje tenebroso, que, por tener solo una pierna, se la conoce como la patasola. Dicen los que conocen en profundidad esta leyenda que la única real protección consiste en rodearse de animales domésticos.

La Patasola

¿Quién es la Patasola?

Algunos viajeros han coincidido que cuando se aventuran en las profundidades de las selvas colombianas, a la distancia es posible observar a una hermosa mujer, de mirada lasciva que los atrae, enamorándolos con su belleza, pero al acercarse ésta se transforma en un ser horrible con una enorme boca y ojos de fuego. Sus enormes dientes de felino serán los que finalmente darán cuenta de sus víctimas.

Otros, cuentan que cuando transitan por la selva, se escuchan amargos quejidos de una mujer pidiendo auxilio. Los sonidos son tan lastimeros que los viajeros se sienten atraídos a proporcionar auxilio a la mujer. Al momento de acercarse lo suficiente, la mujer se transforma en una abominable fiera que salta con sus colmillos sobre ellos, chupando su sangre y masticando su cuerpo. Por ello, en muchas ocasiones la Patasola ha sido identificada como una especie de vampiro.

El origen de la leyenda de la Patasola

Los habitantes de las selvas colombianas aseguran que la leyenda de la Patasola nació por parte de los maridos para prevenirse de las infidelidades de sus esposas. El origen de la Patasola es adjudicado a una tragedia amorosa y de engaños, ocurrida en una hacienda de la selva.

Cuenta la historia que un poderoso hacendado estaba deseoso de tener una bella mujer que yaciera en su cama. En cierta ocasión le pidió a su capataz que dispusiera todo lo necesario para hallarle una mujer que lo complaciera, de entre los arrendatarios de sus campos.

Así fue, que el capataz salió a recorrer la hacienda con el despreciable encargo de su patrón. Visitó los ranchos de cada uno de los arrendatarios y al volver le contó a su patrón que había un joven que arrendaba parte de sus tierras y que tenía una bella mujer, madre de tres hijos. También le contó que el joven salía todos los días del rancho a vender sus cosechas y que volvía por las noches muy tarde.

Historia de una traición

La leyenda de la Patasola comienza a nacer, cuando el patrón, con toda la información que le había proporcionado su capataz, comenzó a cortejar a la joven mujer y a obsequiarle regalos. La mujer, lejos de tomar distancia ante los avances del patrón, comenzó a sentirse complacida, y así cada vez que su marido dejaba el rancho, el patrón buscaba a la mujer para acostarse con ella.

Habiendo transcurrido un tiempo, el capataz se encontró con el joven arrendatario, al que vio triste y desencantado. Le preguntó el motivo de su estado y éste le respondió que sentía que su mujer ya no lo amaba, que se mostraba fría y distante. El capataz se sintió conmovido por el relato del joven y tomó la determinación de contarle lo que estaba ocurriendo, a la vez que se disculpaba por haber sido partícipe de esa traición. El joven, entre llantos, le agradeció y volvió a su rancho.

Nace la tragedia de la Patasola

A la mañana siguiente el esposo de la traicionera mujer simuló marcharse a vender la cosecha, pero se quedó oculto entre la espesura de la selva. Al cabo de un rato, apareció en el rancho, el patrón dispuesto a cumplir con su rutina de acostarse con la mujer del arrendatario. En ese momento se apareció en el rancho el esposo de la mujer y con un certero golpe de machete, cortó la cabeza del patrón y con otra estocada, seccionó desde el nacimiento, la pierna de la mujer.

Ella, murió desangrada junto al cuerpo del infame patrón. El joven tomó a los 3 niños y huyó aterrorizado del lugar, no sin antes incendiar el rancho. Cuentan que, por la noche, el ánima de la mujer se desprendió de su cuerpo y comenzó a vagar, en una pierna, por la selva, buscando venganza. Así nació la leyenda de la Patasola.

Una leyenda similar se cuenta en Venezuela, es la leyenda de la Sayona. Todas ellas, destinadas a prevenir a las mujeres de los campesinos, que debían abandonar sus hogares por razones de trabajo, de no caer en infidelidades.

La leyenda de la Patasola, hasta hoy vigente, pone de manifiesto el acervo de las antiguas tradiciones populares de América Latina.

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